sábado, 18 de diciembre de 2010

AUTORRETRATO FOTO-TRES



Sola

La soledad. ¿Que campo de la fotografía muestra más ampliamente este concepto sino el autorretrato?, es un momento de interacción entre el retratado y su soledad.
A lo largo de la vida de cada ser humano hay mucha soledad, tanta que bien se puede resumir con la idea de Roland Barthes “la vida está hecha de pequeñas soledades”, en mi opinión también pueden ser grandes. Nacemos solos y morimos solos, este es un hecho irremediable, entonces por que necesitamos de los otros? La fotografía no puede ser sin la interacción de los otros, la inventamos para compartir ese segundo o ese objeto con los demás, para siempre, incluso hasta después de nuestra propia existencia.
La soledad también se puede definir como un momento muerto y la fotografía es también el retorno de lo muerto con lo que es una soledad compartida, una soledad colectiva, es aquí cuando empieza el espectáculo.
El autorretrato es un autoanálisis y un espectáculo, es la comodidad de un acto íntimo, cuando se hace un autorretrato, uno no se limita a posar, no se convierte en imágen, se exteriorizan los sentimientos que embargan en ese preciso momento, que son irrepetibles. Es una imagen del yo profundo, siempre que se quieras mostrar tal y como es, para luego convertirlo en una imagen con la que se puede especular. El auténtico autorretrato debería ser privado, es una contradicción, lo íntimo se convierte en público.
El espejo y el sentimiento de soledad. Cuantas veces nos hemos mirado al espejo en esta situación y no nos hemos visto, pues ésta imagen que presento podría ser el resultado de este espectro, la sensación de desaparecer y no poder hacer nada para evitarlo, con la foto solamente se da fe de haberlo vivido.

La soledad más larga, también llamada muerte…es de color negro.